9 de enero de 2019

¿Será 2019 el año en el que por fin Colombia forme parte del Convenio de Minamata sobre Mercurio?

Del 19 al 23 de noviembre de 2018 se celebró la segunda Conferencia de las Partes del Convenio de Mercurio (COP2) adoptado en 2013, conocido como Convenio de Minamata. Representantes de casi 150 países se reunieron en Ginebra para debatir en torno al objetivo de reforzar los esfuerzos contra la contaminación por mercurio. Entre otras cuestiones, se negociaron importantes decisiones financieras.

Claudia Gafner-Rojas*

Del 19 al 23 de noviembre de 2018 se celebró la segunda Conferencia de las Partes del Convenio de Mercurio (COP2) adoptado en 2013, conocido como Convenio de Minamata. Representantes de casi 150 países se reunieron en Ginebra para debatir en torno al objetivo de reforzar los esfuerzos contra la contaminación por mercurio. Entre otras cuestiones, se negociaron importantes decisiones financieras[1].

Los resultados de las negociaciones se esperaban con gran atención, en especial teniendo en cuenta que las emisiones globales de este metal tóxico en la atmósfera aumentaron alrededor de 20% entre 2010 y 2015, de acuerdo con la Evaluación Mundial del Mercurio 2018 de ONU Medio Ambiente. Los resultados preliminares de dicha evaluación se presentaron en el marco de la reunión[2].

A noviembre de 2018 el instrumento internacional, que entró en vigor el 16 de agosto de 2017, ha sido ratificado por 101 Estados, entre los cuales aún no está Colombia, lo que llama la atención, considerando que el país posee el índice más alto de liberación de mercurio per cápita en el mundo (1.6 kg de mercurio por persona al año), con los graves efectos para la salud de cientos de comunidades y ecosistemas estratégicos que esto supone.

Si bien el país adoptó en 2013 la Ley 1658 sobre comercialización y uso del mercurio y elaboró el Plan único Nacional de Mercurio en 2018 con el fin de enfrentar el problema de salud y de contaminación ambiental derivada del uso del mercurio, su presencia en el Convenio de Minamata en calidad de Estado parte se hace urgente. Ser parte de este tratado internacional, significa para el país tener mayores opciones de acceder a apoyo financiero, así como asistencia técnica para implementar acciones más efectivas a nivel nacional, además de beneficiarse de más herramientas para controlar la importación de mercurio.

Vale la pena subrayar que el Convenio dispone de un mecanismo financiero con dos componentes: Por un lado, el GEF (Fondo para el Medio Ambiente Mundial) ha apoyado a 110 países para desarrollar evaluaciones iniciales y a 32 países para diseñar sus Planes de Acción Nacionales para la Minería de Oro Artesanal y en Pequeña Escala y, por otro, el Programa Internacional Específico aprobó cinco proyectos en la primera ronda del programa que ascienden a un millón de dólares estadounidenses. En la COP2, Noruega y Suiza pusieron a disposición aproximadamente un millón de dólares estadounidenses para la segunda ronda.

Colombia asistió a la COP2, tal como lo señala la Cancillería colombiana[3], pero solo en calidad de observador pues hasta el momento no se ha efectuado la ratificación del instrumento internacional por parte del ejecutivo. Es preciso reconocer que para llegar a la fase de ratificación de un tratado internacional en Colombia hay que superar un procedimiento largo y dispendioso. Colombia participó en la negociación del Convenio y lo suscribió. Posteriormente el instrumento fue aprobado por el Congreso mediante Ley 1892 de 2018. Actualmente se encuentra en la fase de aprobación por parte de la Corte Constitucional. En este caso concreto se solicitará, además, por parte de la Cancillería colombiana un segundo concepto de no objeción de las entidades con competencia en el tema, para que finalmente el Presidente haga el depósito del instrumento de ratificación y de esta manera el Convenio pase a ser vinculante para el país.

Habiéndose superado uno de los trámites más largos como es la aprobación por el Congreso es de esperar que la ratificación del Convenio se efectúe en el transcurso de este año para que Colombia, en calidad de Estado parte, tenga la oportunidad de fortalecer su estrategia de lucha contra la contaminación por mercurio, mediante la asistencia y técnica y financiera que provee el instrumento internacional. Además, el Tratado una vez ratificado por Colombia constituirá un complemento de la legislación colombiana interna en la materia, en particular en materia de protección de la salud y tratamiento y gestión de sitios contaminados que son aspectos no contemplados en la Ley 1658 de 2013.


*Miembro del grupo de investigación en Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia.

[1] ONU-Medio Ambiente. (2018). Segunda reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio de Minamata sobre el Mercurio (COP2). Online: http://www.mercuryconvention.org/Reuniones/COP2/tabid/6357/language/es-CO/Default.aspx, visitado: 02.01.2018.

[2] ONU-Medio Ambiente. (2018). Conferencia del Convenio de Minamata hace frente a aumento en las emisiones de mercurio. Online: https://www.unenvironment.org/es/news-and-stories/comunicado-de-prensa/conferencia-del-convenio-de-minamata-hace-frente-aumento-en, visitado: 02.01.2018.

[3] Colombia- Cancillería. (2018). Colombia participó en la segunda Conferencia de las Partes del Convenio de Minamata sobre el Mercurio https://www.cancilleria.gov.co/en/newsroom/news/colombia-participo-segunda-conferencia-partes-convenio-minamata-mercurio, visitado: 02.01.2018.


Imagen tomada de: https://risaraldahoy.com/entra-en-vigor-prohibicion-del-mercurio-en-la-mineria-de-oro-en-colombia/