1 de julio de 2022

Big data y medio ambiente. Una mirada al green data

El Big Data, al ser una herramienta de análisis de datos a gran escala, representa una oportunidad para democratizar el acceso a la información en temas ambientales, ayudando en los procesos de medición de escenarios y líneas base para la toma de decisiones tanto públicas como privadas.

Por: Luis Felipe Guzmán Jiménez[1]

A principios de la década del 2000, la inmensa cantidad de datos generados por diversas fuentes, principalmente derivados de la masificación de los dispositivos móviles, hizo que los medios tradicionales de almacenamiento y procesamiento, creados en los años ochenta para la recolección selectiva de datos estructurados, resultaran insuficientes (Comisión Europea, 2020). Por lo anterior, la primera referencia al término Big Data consistió en la identificación del reto tecnológico que implicaba la generación de datos cuyo volumen, velocidad y variedad, desafiaba los sistemas tradicionales[2].

Los datos y la información constituyen un elemento fundamental a la hora de tomar decisiones tanto públicas como privadas. Por ende, los sistemas de información ambiental son estratégicos en la garantía al acceso a la información. Los elementos fundamentales del derecho de acceso a la información son básicamente tres: «[…] (a) el acceso de los ciudadanos a los documentos administrativos (b) el control de los ciudadanos sobre la información de que dispone la Administración relativa a ellos mismos (c) la información administrativa, general y particular […]» (Sánchez Morón, 1995, p. 31).

El acceso a la información da lugar a una novísima función de las Administraciones Públicas, que comprende dos labores, por un lado, la de formación y, por otro lado, la de información (Guzmán Jiménez, 2021). Por su parte, Betancor Rodríguez (2014) señala la importancia que representa esta actuación administrativa para la protección ambiental y facilita el escenario de ejecución de las decisiones. También, se aprecian esfuerzos de algunas empresas, que de manera voluntaria presentan información ambiental relativa a sus actividades y posibles impactos[3].

Los datos de relevancia ambiental pueden provenir de diferentes fuentes, como son: “i) Satélites. ii) Sensores. iii) Teléfonos móviles. iv) Aplicaciones móviles. v) Acceso a internet, entre otros”  (Amaya-Arias, 2021).  Los grandes volúmenes de datos ambientales (meteorológicos, climáticos e hidrometeorológicos[4]) generados por estaciones de monitoreo ambiental, como en el caso del Sistema de Información Ambiental Colombiano (SIAC) son una oportunidad para “describir las variables en el tiempo según la ubicación de las tomas de datos, registrar los cambios ocurridos, conocer el comportamiento de las diferentes medidas, descubrir relaciones entre los datos y patrones en la dinámica de los fenómenos; pero el gran volumen de datos obtenidos exige que se usen herramientas informáticas para su almacenamiento y gestión que permitan tener un mecanismo eficiente de análisis de datos y extracción de información y conocimiento relevante para la toma de decisiones y la generación de alertas tempranas por medio de la predicción de comportamientos.”  (Hernández Leal, 2016).

El Big Data es, además, un gran desafío para el ejercicio de la profesión jurídica. La innovación y la tecnología no son ajenas al Derecho del Medio Ambiente[5]. La disponibilidad de información y datos de calidad son esenciales para monitorear impactos ambientales y abordar los problemas y conflictos ambientales. También aparece el concepto de green data que son esos datos que ofrecen una oportunidad para realizar los análisis de servicios ecosistémicos o contribuciones de la naturaleza, lo que requiere información de múltiples sectores, a diferentes escalas, con propiedades espaciales y temporales.

Los ejemplos de green data o Big Data ambiental son diversos y variados. Podríamos analizar cada uno de los recursos naturales o factores de degradación ambiental.  Presentaremos tres casos importantes. El primero, el Big Data al servicio de la calidad del aire, el análisis pormenorizado de los datos relacionados con la contaminación atmosférica también permite identificar qué zonas presentan una menor calidad del aire, pudiendo adoptar medidas orientadas a corregir estas deficiencias.

En segundo lugar, la gestión del agua, buscando preservar un recurso cada vez más escaso, el uso de contadores inteligentes o la monitorización en continuo de la presión de las conducciones de agua puede ofrecer información sobre la existencia de fugas en la red, además de posibilitar un consumo más eficiente al disponer de datos en tiempo real. Y, en tercer lugar, el Big Data para la agricultura, aumentando el rendimiento del campo, a partir de procesos de recopilación de datos acerca del porcentaje de humedad del suelo, por ejemplo, permite regar los cultivos de forma más eficaz.

A medida que los gobiernos implementan tecnologías disruptivas[6] para facilitar la toma de decisiones y mejorar sus relaciones con los ciudadanos, los asuntos ambientales deben ocupar un lugar importante de estas iniciativas. Existe una gran oportunidad para garantizar escenarios de desarrollo sostenible en “escenarios informados” a partir del uso del poder de los “Grandes Datos” (Big Data) para mejorar nuestra capacidad de valorar la naturaleza e incorporar esos valores en la toma de decisiones y la planificación. Pensemos en uno de los conflictos ambientales que enfrenta hoy Colombia, como es la deforestación. Sin duda, la monitorización del entorno natural a través de satélites para analizar la deforestación y los sistemas de alertas tempranas para adoptar decisiones de urgencia pueden ayudar a enfrentar el gran problema ambiental, o la supervisión del estado de los océanos como una consecuencia del cambio climático, midiendo su progresiva acidificación o su aumento en las ciudades costeras.  Estos son, por tanto, ejemplos de supervisión del impacto ocasionado por las actividades humanas que permiten adoptar las medidas necesarias para su monitoreo y toma de decisiones  por parte de los Estados y de los particulares.

Bibliografía

Amaya-Arias, A. (2021). Nuevas tecnologías y sostenibilidad ambiental: respuestas desde el Derecho ambiental. En: “Disrupción tecnológica, transformación digital y sociedad. Tomo II, Políticas y públicas y regulación en las tecnologías disruptivas”. Universidad Externado de Colombia (pp. 702-732).

Betancor Rodríguez, A. (2014). Derecho ambiental. Madrid: La Ley

Cotino Hueso, L. (2017). Big data e inteligencia artificial. Una aproximación a su tratamiento jurídico desde los derechos fundamentales. Dilemata, (24), 131-150.

Comisión Europea (2020). Libro Blanco sobre la inteligencia artificial, un enfoque europeo orientado a la excelencia y la confianza. COM(2020) 65.

Duque Méndez, N. D., Vélez Upegui, J. J., & Orozco Alzate, M. (2015). Análisis multidimensional de datos ambientales. En Entendimiento de fenómenos ambientales mediante análisis de datos (Primera, pp. 115-132). Manizales, Colombia: Universidad Nacional de Colombia -Sede Manizales.

Guzmán Jiménez, L.F (2021). Los derechos de acceso a la Justicia Ambiental en el ordenamiento jurídico colombiano y español. Bogotá: Universidad Externado de Colombia.

Hernández Leal, E. (2016). Aplicación de técnicas de análisis de datos y administración de Big Data ambientales, Universidad Nacional de Colombia -Sede Medellín.

Isaza, C y Zarate, A. (2021). Las tecnologías disruptivas como herramienta y campo de acción de las administraciones públicas. En: “Disrupción tecnológica, transformación digital y sociedad. Tomo II, Políticas y públicas y regulación en las tecnologías disruptivas”. Universidad Externado de Colombia (pp. 74-125).

 Sánchez Morón, M. (1995). El derecho de acceso a la información en materia de medio ambiente. Revista de Administración Pública, 31-55.


[1] *Docente investigador del Departamento de Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia.

[2] Los datos son la representación primaria de variables cualitativas y cuantitativas que son almacenables, transferibles, pueden ser visualizadas, controladas y entendidas (Etymonline, 2016). Incluso, representan  unos retos muy importantes en la garantía de derechos fundamentales, vid. Cotino Hueso, L. (2017).

[3] Corporación Financiera Internacional, el Pacto Mundial, los Principios Voluntarios en Seguridad y Derechos Humanos, la Global Reporting Iniciative, el Consejo Internacional de Minería y Metales, la Iniciativa de Reporte Global y la Corporación Financiera Internacional.

[4] Sobre el particular, vid. Duque Méndez, N. D., Vélez Upegui, J. J., & Orozco Alzate, M. (2015).

[5] Hoy Big Data se integra a diversos sistemas de apoyo a la decisión como Business Intelligence, Business Analytic, y los GIS basados en tecnología Cloud. Incluye tecnologías de modelado de incendios forestales, cambio climático, agricultura, y la biodiversidad; permitiendo crear servicios de gestión integral a través del análisis de datos provenientes de fuentes heterogéneas, como imágenes satelitales, sensores, redes sociales, bases de datos de sistemas, datos de expertos, entre otros.

[6] Sobre las tecnologías disruptivas como herramienta y campo de acción de las administraciones públicas, vid. Isaza, C y Zarate, A. (2021).