18 de noviembre de 2024

El papel de las mujeres rurales en la economía y su relevancia en el Día Internacional de la Mujer Rural

El 15 de octubre se celebra el Día Internacional de la Mujer Rural, proclamado por la ONU para visibilizar el rol indispensable de las mujeres rurales en el desarrollo agrícola, las economías comunitarias y la sostenibilidad de los territorios. En Colombia, estas mujeres son pilares fundamentales para la economía rural y para la cohesión social, pero enfrentan múltiples desafíos, como la falta de acceso a la tierra y recursos financieros. Este análisis explora los retos y contribuciones de las mujeres rurales, subrayando la importancia de su liderazgo en la construcción de una economía rural equitativa y sostenible.

Por: Juan Camilo Ortega Betancur*

Las mujeres rurales en Colombia han sido históricamente las guardianas del territorio y de los conocimientos ancestrales sobre la agricultura, siendo fundamentales para la seguridad alimentaria y el bienestar de las comunidades campesinas. A pesar de los múltiples retos que enfrentan, su rol sigue siendo crucial para el desarrollo económico y la preservación del tejido social rural. Según la ONU, las mujeres rurales representan entre el 40% y el 50% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, pero en muchos casos no tienen acceso a los recursos necesarios para prosperar, como la tierra, créditos y asistencia técnica.

En Colombia, la situación no es diferente. Aunque las mujeres rurales desempeñan un papel central en la producción de alimentos y la gestión de sus hogares, muchas de ellas aún carecen de derechos plenos sobre la tierra que trabajan. Este acceso limitado a la tierra y a los recursos financieros refleja las barreras estructurales que enfrentan las mujeres en el campo. Solo una pequeña fracción de las mujeres campesinas en el país tiene titularidad de sus tierras, lo que afecta su capacidad para tomar decisiones sobre el uso del suelo y acceder a los beneficios del sistema financiero rural.

Uno de los mayores desafíos para las mujeres rurales es la “doble carga” que soportan. No solo dedican gran parte de su tiempo a las labores productivas, sino que también son las principales responsables del cuidado de la familia y el hogar. Este trabajo no remunerado limita su tiempo y oportunidades para mejorar sus habilidades productivas o participar en procesos de toma de decisiones en sus comunidades. A pesar de ello, las mujeres rurales han demostrado una resiliencia extraordinaria, liderando iniciativas de economía solidaria, familiares y comunitarias que son esenciales para el bienestar de sus comunidades y la sostenibilidad ambiental.

En términos de sostenibilidad, el conocimiento de las mujeres rurales sobre los ecosistemas locales y las prácticas agrícolas sostenibles es fundamental para la conservación del medio ambiente. En muchas comunidades, las mujeres han sido las promotoras de métodos de cultivo que respetan la biodiversidad y los recursos naturales. Este enfoque es particularmente importante en un país como Colombia, donde el cambio climático y la degradación ambiental impactan de manera desproporcionada a las zonas rurales. Sin embargo, el potencial de las mujeres rurales para liderar estos esfuerzos se ve limitado por la falta de acceso a formación técnica, recursos y derechos plenos sobre la tierra.

El Día Internacional de la Mujer Rural es una fecha clave para visibilizar estas luchas y para promover políticas públicas que respondan a las necesidades específicas de las mujeres rurales. Aunque ha habido avances en cuanto a legislación y políticas públicas que buscan reducir las desigualdades de género en el campo, aún queda mucho por hacer para garantizar que las mujeres rurales puedan acceder a la tierra, los recursos y las oportunidades que necesitan para prosperar. La inclusión de las mujeres rurales en los procesos de toma de decisiones, tanto a nivel comunitario como nacional, es esencial para lograr una mayor equidad y justicia social en los territorios rurales.

Para avanzar hacia una mayor equidad en el campo, es fundamental que las políticas públicas incluyan un enfoque de género que garantice el acceso equitativo a la tierra y a los recursos productivos. Esto no solo significa facilitar que las mujeres rurales puedan ser propietarias de la tierra que trabajan, sino también garantizar que tengan acceso a formación técnica, créditos y redes de apoyo que les permitan desarrollar proyectos productivos. Proyectos como los que promueven la creación de cooperativas de mujeres rurales son ejemplos de cómo es posible empoderarlas económicamente, fortaleciendo su autonomía y su capacidad para contribuir al desarrollo de sus comunidades.

Asimismo, es crucial fomentar un cambio cultural que valore el trabajo de las mujeres rurales, tanto en el ámbito productivo como en el no remunerado. Para ello, es necesario que las políticas públicas incluyan incentivos para la corresponsabilidad en las tareas de cuidado y el reconocimiento del valor económico del trabajo no remunerado que realizan las mujeres en el campo. De igual manera, es necesario que las organizaciones sociales y el Estado continúen fortaleciendo los procesos de formación y liderazgo para las mujeres rurales, facilitando su participación en espacios de toma de decisiones y promoviendo su acceso a los derechos de propiedad.

El Día Internacional de la Mujer Rural es una oportunidad para reconocer el papel crucial que juegan las mujeres campesinas en la economía y en la sostenibilidad de las comunidades rurales. A pesar de los desafíos que enfrentan, las mujeres rurales siguen siendo las guardianas de la tierra, las economías comunitarias y la cohesión social en los territorios. Su lucha por la equidad, el acceso a la tierra y el reconocimiento de sus derechos es una lucha por la justicia social en el campo. Es fundamental que las políticas públicas sigan avanzando hacia una mayor equidad, proporcionando a las mujeres rurales las herramientas y oportunidades necesarias para ejercer plenamente sus derechos y contribuir al desarrollo sostenible de sus territorios.

Dedicatoria:

Este artículo está dedicado a la memoria de mi abuela María Sánchez, quien, a través de sus vivencias en el campo, me inculcó valores profundos sobre el amor a la tierra y el trabajo en el campo. Aunque ya no está con nosotros, su historia sigue siendo una fuente de inspiración que me impulsa a luchar cada día por la reforma agraria y por la dignidad de las mujeres rurales que, como ella, dejaron un legado inquebrantable en nuestros corazones.

Imagen: Pixabay.(2015). Imagen de Cuenca, Ecuador y Mercado. Extraído de: https://pixabay.com/es/photos/cuenca-ecuador-mercado-campesina-917094/

*Abogado especialista en Derecho de Tierras y académico.

Correo: ortegabetancurabogado@outlook.com