17 de febrero de 2016

COLOMBIA NECESITA SER RECONOCIDA COMO ANFIBIA

Angélica Rangel Amado.

Docente investigador Departamento de Derecho del Medio Ambiente

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La Convención de Ramsar, aprobada en 1971, es el primer acuerdo multilateral sobre el medio ambiente (AMMA) que se firmó a nivel mundial. La red de sitios Ramsar constituye la red más importante de áreas de importancia internacional reconocidas oficialmente en el mundo.

Para junio de 2015 la red mundial estaba compuesta por 2.208 sitios Ramsar que abarcan 210,7 millones de hectáreas, lo que conforma el eje principal de funciones vitales y servicios ecosistémicos tanto para las personas como para la naturaleza. [1]

Los objetivos centrales de la Convención  son la identificación y el manejo de dichos humedales buscando así su conservación y uso sostenible, de manera que se garanticen los beneficios para la biodiversidad biológica y para las personas a largo plazo.

Colombia hace parte de los 163 países que suscribieron el Convenio, y lo ratificó mediante la Ley 357 de 1997, lo cual implicó que a partir de ese momento se establecieran las acciones para la conservación y uso sustentable de los diferentes tipos de humedales, de los cuales hacen parte los cuerpos de agua naturales y artificiales.

Adicionalmente, en 2002 se expide la “Política Nacional de Humedales Interiores”[2], mediante la cual se identifican que aproximadamente 20 millones de hectáreas del territorio nacional representan Ciénegas, lagunas, turberas, pantanos, madreviejas, sabanas y bosques inundados, dato  que fue actualizado mediante el mapa de humedales realizado por el Instituto Von Humbolt en 2014, donde se establece que son 30.676.002 millones de hectáreas de humedales en el país, contando las categorías de humedales permanentes y temporales, y humedales potenciales.

Así, hemos visto como en los últimos años,  los humedales son los encargados de mantener y conservar funciones vitales como el agua, la seguridad alimentaria, la adaptación al cambio climático, el suministro de energía, la vida saludable, la biodiversidad y el uso sostenible de los ecosistemas, los asentamientos humanos, la erradicación de la pobreza, la innovación y el desarrollo de infraestructuras adecuadas, de esta manera lo plasmó el Informe del Grupo de Trabajo Abierto sobre los Objetivos de Desarrollo sostenible  de  Naciones Unidas en Agosto de 2014.

Pese a todo lo anterior, el 2 de febrero de 2016  se celebró el “Día Mundial de Los Humedales”,  y con desconsuelo se observó que en Colombia solo un 7,2 por ciento de estos ecosistemas tienen alguna medida de protección, pues pese a los fenómenos naturales aún no se ha reconocido el territorio como “anfibio”, es decir que se inunda y debe adaptarse a los pulsos de los ríos, páramos y lagunas; y por el contrario se siguen realizando importantes transformaciones por desconocimiento en la toma de decisiones de planificación, y de la propia sociedad,  con consecuencias tan importantes como la contaminación directa de los cuerpos de agua, la sobrepesca,  entre otros.

En hora buena el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humbolt publicó el estudio “Colombia anfibia. Un país de Humedales”, que debería ser la carta de navegación de los tomadores de decisiones en el país, pues además, incluye el mapa e inventario de los Humedales en Colombia, y así  garantizar un verdadero desarrollo sostenible, es decir  aquel equilibrio permanente entre la naturaleza y el bienestar humano.

HUMEDALES PARA NUESTRO FUTURO- PDF

COLOMBIA ANFIBIA. UN PAÍS DE HUMEDALES. volumén I

[1] Cuarto Plan Estratégico de Ramsar (2016-2024) http://www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/4th_strategic_plan_2016_2024_s.pdf

[2] MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE. Politia Nacional de  Humedales Interiores. Bogotá: 2002.