26 de abril de 2022

El día mundial de los humedales: La oportunidad para conocer su significado y valor.

El pasado dos de febrero se celebró el día mundial de los humedales en el marco de la Convención de Ramsar de 1971. Con ocasión a este día la presente nota analítica tiene como fin destacar el significado y valor de los humedales; identificar aquellos factores que deterioran sus características ecosistémicas y las posibles alternativas para su conservación.

Por: Miguel Orlando García Pacheco*

Los humedales se constituyen como un elemento estructural del medio ambiente. Además de ser un componente fundamental en la regulación de los regímenes hidrológicos, ofrecen una gama de servicios ambientales que generan en las comunidades bienestar y condiciones de vida digna para el logro del desarrollo sostenible. 

La Convención de Ramsar1define a los humedales como todas aquellas “extensiones de marismas, pantanos y turberas o superficies cubiertas de agua, sean estas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salubres o saladas, incluidas las extensiones de agua cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros” (Ramsar, 1971). A su vez, Burbano Girón, y otros (2020) definen a los humedales como “ecosistemas que debido a condiciones geomorfológicas e hidrológicas permiten la acumulación de agua (temporal o permanente) y dan lugar a un tipo característico de suelo y a organismos adaptados a éstas condiciones”. 

Por su parte Rojas Quiñones (2013) los define como “ecosistemas en los que el protagonista es el agua, en cuanto factor fundamental que controla tanto el ambiente como la vida vegetal y animal relacionada con el”. Frente al concepto dado por la Convención de Ramsar la autora considera que este concepto “gira fundamentalmente entorno a la noción de ecosistema”, puesto que los objetivos de la Convención de Ramsar se centran en el enfoque ecosistemico, quiere decir que los humedales deben ser protegidos y manejados de manera conjunta teniendo como base este concepto, en el cual se articulan los sistemas natural y sociocultural. 

Sin embargo autores como Andreu, y otros (2002), consideran que esta definición es incompleta por no tener en cuenta el valor cultural y espiritual que algunas comunidades le dan a estos ecosistemas. 

Los humedales son esenciales para la subsistencia y el desarrollo de las comunidades. Dentro de los servicios ambientales que prestan a la humanidad, es decir aquellos beneficios que obtienen las personas como consecuencia de las funciones de estos ecosistemas se destacan: el control de inundaciones; la reposición de aguas subterráneas; la estabilidad de costas y protección contra tormentas; retención y exportación de sedimentos y nutrientes; depuración de aguas; reservorios de biodiversidad; productos de los humedales; valores culturales; recreación y turismo; mitigación y adaptación al cambio climático (Ramsar, s.f). 

Como se puede observar los servicios ambientales que ofrecen los humedales gozan de una riqueza invaluable y fundamental para el bienestar y salud de las personas, lo suficientes para contribuir al logro de compromisos internacionales como los relacionados con la biodiversidad, la degradación del suelo, los relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible2 (ODS) y el cambio climático (Ramsar, 2018). 

A nivel mundial los humedales ocupan una superficie de 1.200 millones de hectáreas, sin embargo, desde 1970 estos ecosistemas han sufrido una pérdida del 35%. Se estima que los humedales desaparecen tres veces más rápido que los bosques naturales (Ramsar, 2018). A nivel nacional los humedales cubren el 26% del territorio continental (Humboldt, 2014), no obstante, el 88% de los humedales de la región no se encuentran protegidos (Burbano Girón , y otros, 2020). Aun cuando Colombia hace parte de la Convención de Ramsar solamente 12 de los más de 30.000 humedales existentes en su territorio, se encuentran incluidos en la lista de sitios Ramsar. 

Por consiguiente, los humedales se constituyen como ecosistemas vulnerables y frágiles. En la actualidad estos ecosistemas se ven afectados por factores como la disminución de la calidad del agua que llega a los humedales, debido a aguas residuales no tratadas, residuos industriales, la escorrentía agrícola y la erosión que ocasionan perdida de su biodiversidad y afectaciones a aguas subterráneas; procesos de urbanización no planificados, al aumentar la población en las áreas urbanas, se genera una mayor demanda de recursos y de suelo, que a su vez contaminan y disminuyen la población de especies, en algunos casos endémicas; el cambio climático en la medida en que sus efectos aumentan el grado de vulnerabilidad de estos ecosistemas y disminuyen la capacidad de algunas especies para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas; perdida de la biodiversidad, se estima que más del 40% de las especies del mundo viven o se reproducen en estos ecosistemas pero lamentablemente una cuarta parte de las especies que los habitan se encuentran en vía de extinción; ausencia de planes de manejo, fundamentales para su gestión y planificación, ya que a través de estos instrumentos se identifican las causas que afectan sus características y se establecen estrategias para su uso sostenible y el mantenimiento de los servicios ecosistémicos; la falta de concienciación de los valores de estos ecosistemas por parte de los encargados de tomar las decisiones en esta materia, en la mayoría de los casos se prefieren interese particulares sobre los intereses generales, por ejemplo se priorizan el otorgamiento de licencias urbanísticas sobre áreas de humedal. 

Si bien los humedales son ecosistemas frágiles y su vulnerabilidad ha aumentado con ocasión al cambio climático, también es cierto que cuando se adoptan las medidas necesarias para garantizar su conservación y uso racional son ecosistemas con un gran potencial para combatir el cambio climático, ser fundamentales en el desarrollo económico de las sociedades, proporcionar alimento para las personas y garantizar el suministro de agua de calidad, en la cantidad adecuada y el momento en que se necesite. 

Se considera necesario la implementación de estrategias y acciones que generen en las comunidades conciencia del valor que estos ecosistemas representan para el bienestar de las personas y el desarrollo de la sociedad, por ejemplo, a través de la educación ambiental es posible la transformación de hábitos en materia de uso y aprovechamiento de los humedales, así como también la generación de nuevo conocimiento en materia de gestión y manejo. 

Además, es fundamental para la conservación de los humedales un adecuado ordenamiento ambiental del territorio, por medio del cual se planifique el aprovechamiento y manejo de estos ecosistemas evitando que se desarrollen actividades antrópicas sobre estas áreas como, por ejemplo, los procesos de urbanización. De esta forma es posible lograr un equilibrio entre el desarrollo de las comunidades y la conservación de los humedales. 

De la misma forma las soluciones basadas en la naturaleza permiten recuperar a aquellos ecosistemas cuyas características ecosistémicas han desaparecido, por ejemplo, los procesos de renaturalización se configura como inversiones en el desarrollo y progreso de las sociedades, además de contribuir a mitigar los efectos del cambio climático. 

Por último, los ecosistemas proveedores de agua como son los humedales deben ser objeto de especial protección a través de las herramientas jurídicas y de política establecidos (García Pachón, 2018). 


*Estudiante de la Maestría en Derecho del Estado con énfasis en Derecho de los Recursos Naturales e integrante del Observatorio en Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia.


Referencias 

Andreu, Ó., Cruz, J., Morant, M., Papayannis, T., Bernaard Picon , M. A., & Viñals, M. J. (2002). Patrimonio Cultural de los Humedales. Ministerio de Medio Ambiente . 

Burbano Girón , J., Molina Berbeo, M. A., Gutiérrez Montoya, C., Ayala Tascano , R., Cardona Hernández, D., & Ochoa Quintero, J. M. (2020). Estado de conservación y transformación de los humedales en Colombia. Bogota: Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. 

García Pachón, M. (2018). La conservacion de glaciares y humedales como ecosisemas proveedores de agua dulce a través del SINAP. En Ó. D. Amaya Navas, G. L. Álvares Pinzón , M. García Pachón, Á. M. Amaya Arias, L. F. Guzmán Jiménez, J. D. Ubajoa Osso, . . . F. Gurrea Casamayor, La conservación de la naturaleza. Su régimen juríico en Colombia y España (pág. 85 a 115). Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 

Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. (2014). Mapa Identificación de humedales de Colombia, escala 1:100.000. Bogota. Obtenido de ttp://geonetwork.humboldt.org.co/geonetwork/srv/spa/catalog.search#/metadata/d68f4329-0385-47a2-8319-8b56c772b4c0 

Ramsar. (2 de Febrero de 1971). Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas . Irán. 

Ramsar. (Julio de 2018). Ampliar la conservación, el uso racional y la restauración de los humedales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Convención de Ramsar sobre los Humedales . 

Ramsar. (2018). Perspectiva mundial sobre los humedales. Estado de los humedales en el mundo y de los servicios que prestan a las personas 2018. Suiza: Secretaría de la Convención sobre los Humedales. 

Ramsar. (s.f). Servicios de los ecosistemas de humedales. Ramsar. Obtenido de https://funcagua.org.gt/wp-content/uploads/2020/04/SF.-Servicios-de-los-ecosistemas-de-humedales.-Ramsar.pdf 

Rojas Quiñones, C. M. (2013). La protección jurídica de los humedales en Colombia a la luz del derecho internacional. El caso del Lago de Tota. En Lectura sobre derecho del medio ambiente. Tomo XIII (págs. 260-291). Bogotá: Universidad Externado de Colombia. 

Vilardy Quiroga, S. P., Jaramillo Villa, U., Flórez Ayala, C., Cortés Duque, J., Estupiñan Suárez , L. M., Rodríguez, J., . . . Acevedo, Ó. (2014). Principios y criterios para la delimitación de humedales continentales. Una herramienta para fortalecer la resiliencia y la adaptación al cambio climático en Colombia. Bogotá: Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.