1 de abril de 2020

Desafíos de la gestión ambiental en tiempos de Coronavirus en Colombia

Llegó la hora de repensar la relación del ser humano con la naturaleza. El Coronavirus nos plantea una serie de desafíos ambientales que deben ser priorizados y atendidos de manera inmediata en el país. En este sentido, la importancia de proteger los ecosistemas y su biodiversidad, la conservación de recurso hídrico, la calidad del aire, entre otros , son temas que deben primar en la agenda del gobierno nacional y en la de los entes territoriales.

Por: Juliana Hurtado Rassi

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden llegar a causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En diciembre de 2019 en Wuhan-China se descubrió el coronavirus más reciente: COVID-19.

El Estado colombiano se ha preparado para enfrentar esta pandemia desde el momento en que se conoció su veloz propagación, así como las catastróficas consecuencias a las que se han enfrentado en otros países con mayor desarrollo que Colombia. Atinar en la toma de oportunas decisiones ha sido un verdadero desafío, pues las consecuencias que podemos llegar a padecer en este país dependerán de: i) qué tan eficientes y eficaces sean las directrices y medidas que se fijen desde el gobierno, ii) del adecuado acatamiento de estas y iii) del comportamiento y responsabilidad de la sociedad.

A la fecha y como es natural en este proceso, las principales acciones se han desarrollado en torno a la prevención y contención del virus, el aislamiento social y las estrategias de autocuidado para evitar el contagio han sido priorizadas por las diferentes entidades del Estado. En este mismo sentido cobra importancia la preocupación del país en relación con las consecuencias de tipo económico, así como con el manejo que el gobierno le dará al adecuado suministro de los servicios públicos y las estrategias que se implementarán para garantizar la seguridad alimentaria especialmente de las comunidades más vulnerables.

Sin embargo, y entendiendo lo necesario de priorizar los aspectos mencionados anteriormente hay temas cruciales de la gestión ambiental del país que no se pueden subestimar en estos tiempos de coronavirus. En este sentido vale la pena mencionar algunos de ellos:

La adecuada disposición final de residuos con riesgo biológico o infeccioso: sin duda alguna para la situación de emergencia sanitaria que enfrenta el país, aunada a la Declaratoria de Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica en el territorio nacional, resulta importante analizar si la capacidad actual de gestión del país puede resultar insuficiente para esta contingencia, y asimismo evaluar cuales cambios podrían realizarse sin mayor traumatismo y que a su vez favorezcan a mitigar esta contingencia1.  En este sentido el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) a través del Decreto 465 del 23 de marzo de 2020 dispuso que las autoridades ambientales competentes pudieran autorizar, previa modificación transitoria de la correspondiente licencia ambiental, a otros gestores de residuos peligroso, para que también gestionen este tipo de residuos con riesgo biológico o infeccioso.

Sin embargo, un tema al que no se ha hecho referencia en medio de esta contingencia y sobre el cual no se ha capacitado, corresponde al manejo que debe hacerse en los hogares en los que hay una o más personas contagiadas. En otros países por su parte se ha recomendado que los pañuelos, utensilios, toallas, mascarillas u otro material que se vaya a desechar se introduzca en bolsas de polietileno, se amarre, se rocié la bolsa con hipoclorito de sodio y se marque, esto con el fin de generar mayor seguridad durante su traslado.

Garantizar el recurso hídrico en todo momento: teniendo en cuenta la importancia de contar en todo instante con el recurso hídrico requerido para satisfacer la demanda de agua potable que los usuarios necesitan para atender la frecuencia recomendada para el lavado de manos y realizar la rutina preventiva de limpieza doméstica, así como asegurar el acceso a agua potable mediante la prestación de servicio público de acueducto a través de los prestadores de cada municipio o distrito, se dispuso mediante el Decreto Legislativo 441 de 20 de marzo del año en curso que los sitios donde no fuera posible asegurar el acceso de agua potable, se garantice a través de medios alternos el aprovisionamiento, obviamente siempre y cuando se cumpla con las características y criterios para consumo humano señalados en el ordenamiento jurídico.

Para lo anterior, el MADS solicitó a las Autoridades Ambientales competentes priorizar y dar trámite inmediato a las solicitudes de concesiones de aguas superficiales y subterráneas presentadas por los municipios, distritos o personas prestadoras del servicio de acueducto, y por su parte las concesiones que estén próximas a vencerse o se venzan mientras la declaratoria este vigente, se entiendan como prorrogadas de manera automática, lo anterior tendrá validez únicamente durante el tiempo que dure la declaratoria de dicha emergencia.

No obstante, resulta incipiente enfocarse sólo en el otorgamiento de concesiones (a lo que únicamente se hizo referencia en este Decreto), pues si no se prioriza el primer eslabón, y no hay una estrategia concreta que conduzca a la efectiva protección y conservación de los ecosistemas que proveen de agua  al país, es decir lagos y ríos, pero también bosques, páramos y humedales, los cuales desafortunadamente cada día se encuentran más amenazados, nos veremos enfrentados en unos pocos meses a un desabastecimiento de agua a nivel nacional, más aun si consideramos que esta contingencia podrá durar hasta época de sequía en el país.

Gestión del cambio climático:  un tema que ha sido analizado por diferentes autores es el relacionado con la gestión del cambio climático en el país. Una preocupación generalizada redunda en los recursos económicos que de ahora en adelante se podrán invertir en el diseño e implementación de estrategias de mitigación y adaptación en los territorios. Es importante recordar que los efectos que Colombia ya ha evidenciado en relación con las catastróficas consecuencias que se derivan de este fenómeno no son un tema menor. Las muertes, pérdidas económicas y daños ecológicos que han dejado los diferentes episodios de deslizamiento, las temporadas prolongadas de lluvias e inundaciones, la erosión costera, así como los incendios forestales que han consumido extensas áreas de bosques, son circunstancias que merecen una mayor atención del Estado.

Empero, y dadas las circunstancias por las que está atravesando el país en este preciso momento, es importante entender que los esfuerzos que demanda esta crisis no deben ser trasladados únicamente al gobierno nacional. Hay diferentes estrategias que desde los territorios deberían implementarse y que desde la academia y los institutos de investigación se podrían apoyar. Por ejemplo, la inclusión de la variable asociada al cambio climático en los planes de desarrollo no ha sido una prioridad en Colombia, sin embargo, ésta contingencia nos está demostrando, una vez más, lo fundamental de proteger nuestros ecosistemas, así como la necesidad de priorizar la conservación de los recursos naturales. El tema ambiental debe ser transversal a toda la gestión pública, en este sentido debería estar reflejado en los planes de desarrollo y los planes de acción que de este se deriven.

Calidad del aire:  como es bien conocido este virus genera graves infecciones respiratorias. Estas afecciones unidas a otros problemas de salud preexistentes son las que en su mayoría han conducido a la muerte de un gran porcentaje de las personas positivas para COVID-19. En este sentido es importante reflexionar y analizar los efectos de la mala calidad de aire en el incremento de casos de personas con problemas respiratorios, que seguramente necesitan tratamientos muy similares a los que están siendo demandados por los pacientes con coronavirus. A la fecha y por más disminución del parque automotor en funcionamiento dentro de las ciudades, la calidad del aire de diferentes municipios se encuentra en alerta, lo que se debe a la cantidad de material particulado proveniente de los grandes incendios forestales que se encuentran activos en el país actualmente.

A modo de ejemplo, hace algunos días se viene denunciando algo similar en el municipio de Cúcuta, pues la contaminación ambiental que está desafiando la zona fronteriza por las quemas de basura que se están realizando en las comarcas vecinas de Ureña y San Antonio de la República Bolivariana de Venezuela, han conllevado a que los habitantes de la ciudad colombiana tengan que enfrentarse a episodios de mala calidad de aire, lo que agrava y aumenta los casos de infecciones respiratorias en este territorio2.

Conviene insistir en la necesidad  de acelerar la transición hacia modos sostenibles de producción y consumo, igualmente es fundamental instar a que los tomadores de decisiones reconozcan y perfilen sus disposiciones con las investigaciones científicas; baste recordar que en Colombia hay cuatro institutos de investigación que pueden conducir a que las políticas ambientales que se diseñen durante esta emergencia y los meses siguientes en los que enfrentaremos las consecuencias de esta pandemia, sean  las más adecuadas para los territorios y  contribuyan así con la efectiva mitigación de los principales problemas de gestión ambiental que tenemos en el país.

Esta pandemia nos dejará lecciones de vida. Ya nos ha permitido evidenciar en diferentes escenarios la manera en la que la ausencia de actividades antrópicas beneficia la calidad ambiental de los ecosistemas y favorece a la conservación de los recursos naturales del país, aspecto que a no dudarlo, nos conducirá a repensar el relacionamiento del ser humano con la naturaleza. Seguramente las acciones relativas al tráfico ilegal de vida silvestre, así como la adecuada protección de la biodiversidad serán temas que se priorizarán en la agenda ambiental internacional.

Por último, es importante hacer una reflexión final: la adecuada gestión de la mayoría de las problemáticas ambientales entre las que se pueden mencionar el cambio climático, la degradación de los ecosistemas estratégicos, la deforestación, entre otros, así como el manejo que se le está dando a esta pandemia, depende de la solidaridad, del trabajo conjunto y articulado de las entidades, al igual que de la siempre necesaria cooperación internacional.

Esta situación nos recuerda una vez más que los problemas que trascienden fronteras, solo se pueden manejar de manera solidaria entre los Estados.

Referencias

  • Decreto 441 del 20 de marzo de 2020 “Por el cual se dictan disposiciones en materia de servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo para hacer frente al Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica declarado por el Decreto 417 de 2020”.
  • Decreto 465 del 23 de marzo de 2020 “Por el cual se adiciona el Decreto 1076 de 2015, Decreto Único Reglamentario del Sector Ambiente y Desarrollo Sostenible, en lo relacionado con la adopción de disposiciones transitorias en materia de concesiones de agua para la prestación del servicio público esencial de acueducto, y se toman otras determinaciones en el marco de la emergencia sanitaria declarada por el Gobierno nacional a causa de la Pandemia COVID-19”.

Notas:

*Investigadora del Departamento de Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia.

  1. Resulta importante mencionar que la investigadora Carolina Montes del Departamento de Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia, hizo un riguroso análisis sobre la gestión y manejo de residuos durante la pandemia del COVID-19, en este documento se encontrarán diferentes aspectos relacionados con este tema en particular.
  2. La Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental – CORPONOR, la hecho diferentes denuncias al respeto y enviado requerimientos al gobierno nacional para que intervenga en esta problemática de contaminación ambiental transfronteriza.