1 de agosto de 2018

Cambio urgente de paradigma en el manejo de los residuos sólidos

Carolina Montes Cortés*

Durante décadas el país ha encaminado la gestión de los residuos sólidos hacia su eliminación siguiendo el enfoque sanitario característico de la prestación del servicio público de aseo. Así, rellenos sanitarios, celdas, botaderos a cielo abierto, enterramientos, quemas y disposición en cuerpos de agua han sido las formas de eliminación utilizadas por los municipios y distritos en el manejo de los residuos. Y aunque la forma prevalente de eliminación es la disposición en rellenos sanitarios y en celdas, aún en el país persiste la inadecuada disposición de residuos sólidos.

Ciertamente, la gestión de los residuos sólidos supone múltiples retos para las administraciones municipales. Desde la programación de la recogida hasta la disposición definitiva en rellenos sanitarios requieren de la articulación de un complejo andamiaje de acciones que permitan minimizar los impactos que la acumulación de residuos sólidos genera pues en lo que comúnmente se llama ‘basura’, van mucho más que sobras y restos de alimentos, se mezclan con ellos todo tipo de materiales tanto aprovechables como inservibles; incluso residuos potencialmente peligrosos generados en los hogares son depositados en las bolsas que se presentan a la empresa de aseo para su recolección. Aparición de vectores, generación de lixiviados y biogás son apenas algunos de los impactos que se derivan del manejo de los residuos sólidos en las ciudades.

Recientes situaciones como las que han vivido los vecinos del relleno sanitario Doña Juana a causa de las moscas o el impacto que tuvieron quienes presenciaron la explosión del ‘camión contenedor de basura’ en Chía (Cundinamarca) nos llevan a revaluar la prevalencia del modelo de gestión de residuos sólidos imperante.

Según informes de la Superservicios, “en el año 2016 se dispusieron alrededor de 11,301,000 toneladas en todo el territorio nacional, un aproximado de 31,000 toneladas al día fueron llevadas a los 277 sitios de disposición final”[1] contabilizando únicamente los residuos generados en los centros urbanos. Según la entidad, de esos 11 millones de ton/año, el 96.49% fueron dispuestas en rellenos sanitarios, sistema que está llegando a un punto crítico pues la mayoría de los rellenos sanitarios del país están alcanzando el final de su vida útil[2].

Encontrar lugares adecuados para la construcción de rellenos sanitarios es cada día una tarea más difícil no solo por el rechazo de la población a tener este tipo de infraestructura cerca; también, las características y la clasificación del suelo en el país, la presencia de acuíferos y áreas ambientalmente sensibles dificultan su ubicación. Por esto, le urge al país empezar a implementar el modelo de economía circular propuesto en el documento CONPES 3874 con el cual se pretende recuperar la materia prima oculta en los residuos alargando la posibilidad de uso de los materiales. Este modelo alternativo de gestión que se propone, en el cual el reciclaje de residuos toma un papel preponderante requiere de un concepto claro y preciso de lo que se va a recuperar[3] para descartar solo aquello que no reporta utilidad alguna para la actividad que lo genera ni para los demás.

Entonces, mientras no exista una estrategia nacional clara de fortalecimiento al reciclaje como la mejor alternativa para la gestión de los residuos sólidos, seguirán recogiéndose, trasportándose y disponiéndose finalmente toneladas de ‘basura’ con la cual también se eliminarán importantes cantidades de materiales aprovechables y se seguirán tirando a la caneca las buenas intenciones y los plausibles esfuerzos de los redactores del documento CONPES 3874 de 2016.

Apremia voluntad política para que mas allá de lo consagrado en las normas sobre aprovechamiento (Dec. 596/16 – Res. 276/16) se implementen sistemas de recolección selectiva que constriñan a la ciudadanía a vincularse en la separación en la fuente y, de esta forma, superar la difícil situación que enfrentan varias ciudades del país con el manejo de sus residuos.

*Docente investigadora del Departamento de Derecho del Medio Ambiente 


[1] SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS. Disposición final de residuos sólidos – Informe Nacional, 2016. Bogotá DC, diciembre de 2017.

[2] Ibidem

[3] MONTES CORTES, Carolina. Estudio de los residuos sólidos en Colombia. Universidad Externado de Colombia, mayo de 2018. ISBN: 978-958-772-924-5. Pág. 233


Imagen tomada de: http://strongforms.com/economia-circular-y-construccion/