13 de octubre de 2020

Corredores verdes urbanos, una apuesta para la configuración de ciudades sostenibles

A propósito del proyecto de corredor verde en la Carrera Séptima de Bogotá, el país inicia un largo camino para transformar y adaptar los espacios urbanos tradicionales y mono funcionales, en escenarios que sean compatibles con la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y la identidad ciudadana. A su vez, en soluciones basadas en la naturaleza para los diferentes problemas sociales y ambientales, usualmente más graves en contextos urbanos.

William Iván Gallo Aponte*

La estrategia de los corredores verdes dentro de los espacios urbanos hace parte de un conjunto de tendencias internacionales en materia de infraestructura verde. A través de estas, se pretende implementar alternativas compatibles con los desafíos ambientales y sociales que se presentan en las ciudades. La infraestructura verde, como modalidad de solución basada en la naturaleza, se ha venido implementando en conglomerados urbanos de países con un alto nivel de desarrollo, principalmente, en aquellos localizados en el hemisferio norte del planeta.[1]

Su propósito se presenta como una solución o alternativa para mitigar y compensar los crecientes problemas ambientales urbanos, específicamente, en lo relacionado con el manejo de los residuos sólidos, la regulación de la temperatura frente a las variabilidades climáticas, la degradación ambiental proveniente de la masiva y descontrolada urbanización, entre otros. Frente a esta realidad, las infraestructuras verdes sirven de camino para acelerar la transición de la infraestructura gris monofuncional, la cual es riesgosa, vulnerable frente a la biodiversidad, y estática frente a los fenómenos naturales, hacia una infraestructura consistente en una red o interconexión de áreas urbanas y otros espacios tratados desde la ecología del paisaje, encaminados a mimetizar los procesos y ciclos naturales, y a su vez, contribuyendo a transformar los patrones de drenaje urbano, generando confort ambiental, fortaleciendo la purificación del recurso hídrico, e incluso, mejorando la estética de los espacios urbanos, cada vez más apreciable, cuando por causa de la pandemia, la restricción a concurrir espacios cerrados se hace más una obligación que una voluntad.[2]

Concretamente, en lo que tiene que ver con los corredores verdes, estos corresponden con espacios libres y lineales, ubicados a lo largo de corredores naturales, tales como las cordilleras, carreteras, valles de cursos de agua, ríos, u otros espacios; que permiten una conexión entre lugares de interés como parques, infraestructura de patrimonio cultural, áreas residenciales, y reservas naturales. Estos corredores se planifican, diseñan y gestionan para múltiples finalidades, entre ellas, ecológicas, culturales, estéticas y recreativas. Todas ellas, compatibles con el uso sostenible de la tierra.[3]

La llegada de esta estrategia a Colombia ha sido relativamente reciente. De acuerdo con el Ministerio del Medio Ambiente, la incorporación de la biodiversidad y la consideración de servicios ecosistémicos dentro de la planificación del ordenamiento territorial, se ha dado en ciudades como Fusagasugá, Pasto y Barrancabermeja, en donde se destacan aspectos relacionados con la conectividad y las redes ecológicas, áreas verdes públicas y privadas.[4] No obstante lo anterior, la apuesta del Plan de Desarrollo por implementar Soluciones Basadas en la Naturaleza, el llamado “Pacto por la Sostenibilidad”, dentro de la primera línea, sobre actividades productivas comprometidas con la sostenibilidad y la mitigación del cambio climático, en las estrategias sobre ciudades sostenibles, impulsa de forma genérica “desarrollos normativos” para edificaciones sostenibles y “criterios de localización y financiación” de infraestructura de aprovechamiento de residuos.[5] Un asunto que a simple vista parece insuficiente para cumplir el verdadero propósito de las soluciones basadas en la naturaleza.[6]

El caso de Bogotá es reciente. De acuerdo con la Alcaldía de la capital del país, en octubre de 2020, se inició un proceso de consulta ciudadana para el diseño participativo de un nuevo corredor verde por la carrera séptima. Sin duda, esta iniciativa corresponde con una apuesta para la configuración de una ciudad sostenible. Esto último, por cuanto no sólo se encaja dentro de las tendencias mundiales de adaptación de espacios urbanos tradicionales a nuevos esquemas amigables con los elementos naturales, sino que valora un factor que no suele ser siempre considerado a la hora de recuperar y valorizar espacios urbanos, más aún, a través de infraestructura verde, este factor corresponde con la percepción a través de la percepción ciudadana.

De acuerdo con Lucas da Silva Rudolpho, Zuleica Karnopp y Alina Gonçalves Santiago, en un análisis cualitativo de caso sobre la recuperación y valorización de un espacio inmerso en una ciudad al sur del Brasil, se identificó que, “las interacciones entre los elementos naturales y antrópicos” no solo representan diferentes momentos del desarrollo de las sociedades, sino también, a través del proceso de análisis relacionado con las reflexiones y diálogos, se identificó que la percepción de la población sobre el paisaje de una región, involucra elementos en busca de diferentes significados que tienen que ver con los propios elementos de los espacios urbanos, así como sobre las relaciones que tienen las personas con el espacio a intervenir y las estructuras antrópicas en la zona de influencia. En ese sentido, una propuesta interventora encaminada a transformar los espacios urbanos debe superar las “inversiones puramente cuantitativas de ingeniería de alto impacto y de costos elevados”, dando paso a la creación de espacios que otorguen una nueva apropiación social de las áreas, considerando dimensiones ecológicas, culturales, afectivas y estéticas, que se encuentran inmersas en los espacios urbanos.[7]

Si se traen todas esas consideraciones al nuevo proyecto de corredor verde en la carrera séptima de Bogotá, se identifica que, el hecho de convocar a la consulta ciudadana para un “diseño participativo” va más allá del mero requisito legal, de la ejecución del control social, con base en el cual, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos son partícipes del sistema de contratación pública [8]– mecanismo jurídico por excelencia a través del cual se implementaría el corredor verde-. En ese sentido, da un valor protagonista, a quien realmente es beneficiario de estos proyectos, peatones y ciclistas dentro del espacio vital. En esa misma línea, se identifica que el ejercicio de participación ciudadana hace parte de una construcción histórica colectiva, pues la carrera séptima de la capital no solo es un escenario especial, sino que representa el símbolo de los momentos históricos más importantes del país.

Finalmente, la propuesta sostenible se encaja dentro de los parámetros contemporáneos de como hacer una regulación de calidad, esto es, reconoce en la consulta pública, la necesaria posición de igualdad entre el ciudadano y la Administración. Esta última, abandona su posición de superioridad para buscar la calidad en la gestión administrativa, permitiendo así, de acuerdo con la OCDE, que se garanticen de forma concreta los intereses ciudadanos, no solo desde un punto de vista particular, sino desde lo cooperativo y corporativo, desde lo que colectivamente le es adecuado para su bienestar. [9] Lo deseable entonces, es que el proyecto en ejecución no caiga en manos inescrupulosas y trabas que ralenticen el proceso, sino que sea una manifestación de lo que en realidad debe ser una función social y ecológica de la propiedad pública y privada.


*Miembro del grupo de investigación en Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia

[1] Se destacan países como Alemania, Holanda y los Estados Unidos.

[2] Gallo, William Ivan. & Rudolpho.Lucas da Silva (2020). La infraestructura verde como alternativa para un futuro urbano más sostenible: reflexiones para los procedimientos de licitación pública. En proceso de publicación en el Libro del Observatorio de los Contratos Públicos, Ed. Aranzandi, España.

[3] Ibídem. En el trabajo citado se hace referencia a: Little, C. E (1990). Greenways for America. Baltimore an London: The Johns Hopkins University Press; Ahern, J (2007), Green infrastructure for cities: The spatial dimension, USA: University of Massachustts.

[4] Ministerio del Medio Ambiente (2018). Experiencia colombiana en infraestructura verde se da a conocer en foro internacional. Disponible en: <https://www.minambiente.gov.co/index.php/noticias/3742-experiencia-colombiana-en-infraestructura-verde-se-da-a-conocer-en-foro-internacional>

[5] Tomado del Departamento Nacional de Planeación (DNP). 2018. Disponible en: < https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Prensa/Presentaci%C3%B3n%20PND%20Sostenibilidad.pdf

[6] Y se resalta su insuficiencia, por cuanto es en los espacios urbanos, según las Naciones Unidas, en donde más de la mitad de la población del mundo habita. Disponible en: < https://www.bancomundial.org/es/news/feature/2007/07/11/more-than-half-the-world-is-now-urban-un-report> . Asimismo, a la fecha, la materialización del Plan de Desarrollo por parte del Gobierno Nacional y sus partidos de apoyo, no tiene una norma o proyecto normativo sobre el asunto que relaciona sostenibilidad, naturaleza y ciudades. El proyecto más cercano es el 31 de 2019, promovido por la Coalición Alternativa Santandereana, integrada por los partidos Verde, MAIS, Polo, y por medio del cual “Se dictan disposiciones en materia de infraestructura verde, sostenible y resiliente”. El proyecto se encuentra actualmente en aprobado primer debate.

[7] Lucas da Silva Rudolpho, Zuleica Maria Patricio Karnopp, Alina Gonçalves Santiago (2018). A paisagem do Ribeirão Fortaleza em Blumenau-SC: percepção da população para a sua recuperação e valorização. urbe. Revista Brasileira de Gestão Urbana (Brazilian Journal of Urban Management), 2018 maio/ago., 10(2), 442-457.

[8] Decreto 1082 de 2015, art. 2.2.4.2.1.6 y 2.2.1.1.1.2.1.

[9] Un ejemplo normativo de la importancia de la consulta pública en los procesos de creación normativa o regulación se da en la Constitución de España de 1978, art. 105, a. en donde se vincula directamente a los ciudadanos en la elaboración de disposiciones administrativas. Luis Ferney Moreno Castillo & William Iván Gallo Aponte. De la simplificación Administrativa a la Calidad Regulatoria. Revista del Círculo de Derecho Administrativo de la PUCP- Perú, p. 246- 273, 2019.


Imagen tomada de: https://www.thecityfixbrasil.org/2015/11/05/corredor-cultural-revitalizacao-urbana-na-cidade-mexico/