Santiago Sánchez Velandia* Es posible que la humanidad se encuentre actualmente ante la amenaza históricamente más seria para su supervivencia como especie: la sobrepoblación, un modelo de desarrollo voraz e insostenible, y la combustible mezcla de poder e ignorancia que representa una sociedad organizada alrededor de la tecnología pero que ignora y desprecia la ciencia detrás de ella, le imponen a la humanidad el apremiante reto de aprender a vivir en el planeta sin acabar con él, so pena en el mediano plazo del fin de la civilización organizada tal como la conocemos, y acaso de la extinción de la humanidad misma. Ante tan sombrío panorama, existen buenas razones para pensar que la clave para el establecimiento de una relación de mutualismo entre la humanidad y el planeta esté, precisamente, en la naturaleza misma. La disposición de desechos sólidos: un problema que se revela sintomático El pasado 26 de octubre, [...]