Por: Victoria Eugenia De la Cruz Torres La historia comienza en el año 2001, cuando Ruíz-García y un estudiante se encontraban explorando las colecciones biológicas del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt en Villa de Leyva. Aunque su principal objetivo era investigar los dos grandes felinos colombianos, descubrieron algo peculiar: una de las pieles era completamente distinta a las demás. Su pelaje era denso y lanudo, presentando tonos rojizos que se oscurecían en la cabeza y el cuello. Su forma revelaba una cabeza chata y redondeada, muy diferente a la de un tigrillo con su hocico prominente (Terra Colombia, 2023). Resultó ser una muestra recolectada en el páramo del volcán Galeras, la cual había sido donada al antiguo Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (Inderena) en 1989. En 1993, estas colecciones biológicas pasaron a ser custodiadas por el Instituto Humboldt, y fue entonces [...]